domingo, 24 de octubre de 2010

Necesidad de escribir

Un papel en blanco y una enorme necesidad de escribir. Y es que antes solía expresar mis sentimientos, miedos, o situaciones con alguien. Pero quizás la mejor forma de hacerlo es a través de un papel. Casi cinco años de periodismo, en los que todo se basa en leer y escribir, puede ser que me hayan contagiado esta necesidad de plasmar mi estado en una hoja en blanco. ¡Qué malo es el miedo! Ese que te impide avanzar, ser feliz plenamente, porque crees que nada puede ser perfecto, que nada puede durar para siempre y que el fin último es el sufrimiento. Y todo eso fruto del miedo. Pero también del pasado, que inevitablemente condiciona al presente y futuro. Me considero una persona que no quiere aparentar nada, y que se muestra tal cómo es. Pero en ocasiones es algo negativo, porque soy una persona sensible, y muy sentimental. Quizás por eso me caigo antes, me debilito con mayor frecuencia y es más fácil que me sienta herida. Intento cambiar, luchar contra ello, aparentar ser más fuerte, pero me doy cuenta de que no sirve de nada. Las apariencias no sirven de nada, sólo para fingir ser alguien que no eres, y realmente fingir no va a hacer que sientas menos dolor, sino que en todo caso te convierten en algo que no eres.

Podría decirse que por fin, mi vida está en (casi) perfecto orden. Después de muchos meses de ajetreo, movimiento e inestabilidad, he llegado a un punto en el que todo es estable y ordenado. Y esto me asusta. Me asusta porque pienso que es casi imposible que este estado dure para siempre, que el hecho de que las cosas me vayan más o menos bien ahora se va a acabar, más tarde o más temprano, y me asusta el hecho de volver a sufrir, que volveré a tener la piel en carne viva y que pueda llegar un momento en el que las cicatrices sean tan profundas que no se puedan curar…

1 comentario:

Sugus dijo...

Pues mira que a mi me pasa lo opuesto: estoy acostumbrado a la inestabilidad. Pasan cosas a mi alrededor y estoy acostumbrado a que me duela. ¡Incluso encuentro monótona la inestabilidad! Llegando al punto que no me sorprende nada, pues sé lo que va a ocurrir.

Creo que por eso... envídio tu estabilidad!