lunes, 10 de noviembre de 2008

Sueños, dulces y amargos sueños

Tenemos miedo a muchas cosas, a casi todo lo que nos rodea. Pero si de algo no tenemos miedo es a soñar. Todos tenemos nuestros sueños, que esperamos hacer realidad algún día. Soñamos tener una vida perfecta, o al menos, perfecta para nosotros mismos. O tal vez soñamos con la casa de nuestros sueños, el coche de nuestros, el trabajo de nuestros sueños… Con todo. Total, soñar es gratis.
Pero nunca nos hemos parado a pensar que tal vez, al soñar tantas cosas no nos damos cuenta de que el despertar puede ser mucho peor de lo que estamos viviendo en la realidad. Y por “inconformistas”, por querer más de lo que tenemos, no nos damos cuenta de que realmente el mejor sueño es lo que vivimos cada día, lo que dejamos pasar en la espera de algo mejor, de algo perfecto a nuestros ojos. Pero no podemos mirar siempre con nuestros ojos, sino también con nuestra alma y corazón. ¿Acaso no nos damos cuenta de que nuestra vida es perfecta tal y cómo es? ¿Por qué no hacemos que pensar, imaginar y soñar algo más de lo que ya tenemos, y que muchos otros no tienen? La espera causa dolor. Tal vez deberíamos dejar de soñar con lo que no tenemos y aprender a valorar lo que nos rodea cada día, y así tal vez podemos darnos cuentas de que la realidad supera nuestros sueños, y la hemos dejado pasar cada día. No sueñes tu vida, vive tu sueño, porque quizás al despertar pueda ser peor ese sueño que lo que vives cada día, y dejas pasar.

sábado, 22 de marzo de 2008

El poder de la moda

En el Renacimiento el arte, lo bonito y bello eran las formas, era la grandeza del ser humano, el cuerpo humano con sus imperfecciones. Es increíble como han cambiado los tiempos, o quizás el poder de la moda en nosotros, en la sociedad. Al contrario que las grandes formas y la grandeza del ser humano de la época renacentista, la época actual está marcada por la delgadez extrema y la ausencia de formas en la mujer.
Las modelos tienen medidas realmente preocupantes, y lo peor, es que toda la sociedad quiere ser una de ellas. Los chicos buscan su media naranja en un mujer delgada, pues el gusto por lo grande, o lo que se llama ahora “gordo” por tener más de una talla 38 no llama, no atrae la atención, y sería algo fuera de lo normal. Hoy en día quien tiene más de una talla 38 no encaja con el gusto de la sociedad, mientras que las chicas que tienen una 32 son las elegidas para cualquier desfile o cualquier revista de moda.
Lo peor y realmente preocupante de todo esto es que todas las mujeres jóvenes quieren parecerse a esos “esqueletos vivientes” que vemos en la televisión cada día.
Pero, aparte de todo esto, todas las jóvenes, o la mayoría de ellas quieren operarse alguna parte de su cuerpo para llegar a ser las “nuevas estrellas” de la sociedad.
¿Dónde ha quedado la belleza natural?

miércoles, 19 de marzo de 2008

Amor y Amar



Todos pensamos que el amor nunca nos va a llegar, que la felicidad plena no existe, que nadie nos va a amar por cómo somos, sin exigir o pedir nada a cambio. Pero llega un día en el que una persona te enseña a amar, te enseña a sentir lo más hermoso del mundo, y lo hace de la misma manera, y ese día te sientes idiota por haber pensado durante años lo contrario.
¿Por qué tenemos miedo a amar? El amar es lo más bonito que puede hacer el ser humano, es lo que más llena a la persona, el ser capaz de hacer feliz a alguien con un gesto, un detalle, una mirada, o simplemente una sonrisa. Cada día cuesta más creer en el amor eterno: las niñas de hoy en día se enamoran con 12 años (cuando todavía no eres lo suficientemente maduro/a, para saber lo que es amar, y el amor), todo comienza con el sexo o simplemente con un juego…
Pero yo os aseguro que existe el amor eterno, el amor puro, el amor de verdad. Es ese amor que sientes que no se puede acabar, porque has entregado tu vida y tu corazón a la otra persona, con la que quieres pasar el resto de tu vida, vivir cada momento a su lado y compartir todo lo que te pertenece, todo lo que forma parte de ti con la otra persona. Es indescriptible, sin ninguna duda. No hay que buscarlo, aparece sólo y no se puede evitar, por mucho que a veces nos empeñemos.
Aunque hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si me falta amor sería como bronce que resuena o campana que retiñe. Aunque tuviera el don de profecía y descubriera todos los misterios - el saber más elevado -, aunque tuviera tanta fe como para trasladar montes, si me falta amor nada soy. Aunque repartiera todo lo que poseo e incluso sacrificara mi cuerpo, pero para recibir alabanzas y sin tener el amor, de nada me sirve. El amor es paciente y muestra comprensión. El amor no tiene celos, no aparenta ni se infla. No actúa con bajeza ni busca su propio interés, no se deja llevar por la ira y olvida lo malo. No se alegra de lo injusto, sino que se goza de la verdad. Perdura a pesar de todo, lo cree todo, lo espera todo y lo soporta todo. El amor nunca pasará. Las profecías perderán su razón de ser, callarán las lenguas y ya no servirá el saber más elevado. Porque este saber queda muy imperfecto, y nuestras profecías son también algo muy limitado; y cuando llegue lo perfecto, lo que es limitado desaparecerá. Cuando era niño, hablaba como niño, pensaba y razonaba como niño. Pero cuándo me hice hombre, dejé de lado las cosas de niño. Así también en el momento presente vemos las cosas como en un mal espejo y hay que adivinarlas, pero entonces las vemos cara a cara. Ahora conozco en parte, pero entonces conoceré como soy conocido. Ahora, pues, son válidas la fe, la esperanza y el amor; las tres, pero la mayor de estas tres es el amor.
Sin duda, no hay nada más perfecto que el amor, que el amor de verdad.
Felicidades mi amor, TE QUIERO ;)

martes, 18 de marzo de 2008

EL AMOR ES CIEGO Y LA LOCURA SIEMPRE LO ACOMPAÑA

Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la tierra, todos los sentimientos y cualidades de los hombres: Cuando el ABURRIMIENTO había bostezado por tercera vez, la LOCURA, como siempre tan loca, les propuso ... vamos a jugar a las escondidas???... La INTRIGA levantó la ceja intrigada y la CURIOSIDAD, sin poder contenerse, preguntó... A las escondidas??? Qué es eso???...Es un juego, explicó la LOCURA, en que yo me tapo la cara y comienzo a contar de uno a un millón mientras ustedes se esconden y cuando yo haya terminado de contar, el primero al que encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego...El ENTUSIASMO bailó secundado por la EUFORIA, la ALEGRÍA dió tantos saltos que terminó por convencer a la DUDA, incluso a la APATÍA, a la que nada le interesaba. Pero no todos quisieron participar, la VERDAD, prefirió no esconderse, total, a la larga siempre la encuentran y la SOBERBIA opinó que era un juego de tontos, ( en el fondo lo que le molestaba era que la idea del juego no fuera suya) y la COBARDÍA prefirió no arriesgarse.Uno, dos, tres,... Comenzó la cuenta, la primera en esconderse fué la PEREZA, que como siempre se dejó caer tras la primera piedra que encontró, la FE subió al cielo y la ENVIDIA se escondió tras la sombra del TRIUNFO, que con su propio esfuerzo había logrado llegar hasta la copa del árbol más alto. La GENEROSIDAD casi no alcanzaba a esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos... que si un lago cristalino??? ideal para la BELLEZA, que si la rendija de un árbol??? perfecta para la TIMIDEZ, que si el vuelo de la mariposa??? lo mejor para la VOLUPTUOSIDAD, que si una ráfaga de viento??? magnífico para la LIBERTAD. Así terminó por ocultarse en un rayito de sol. El EGOÍSMO en cambio encontró desde el principio un sitio muy bueno, ventilado, cómodo... pero solo para el.La MENTIRA, en cambio se escondió en el fondo de los oceanos, ( mentira... en realidad se escondió detrás del arco iris, ), la PASION y el DESEO en el centro de los volcanes, el OLVIDO... se me olvidó donde se escondió...pero eso no es lo importante.Cuando la LOCURA contaba ya 999,999 el AMOR aún no había encontrado sitio para esconderse, pués todo se encontraba ocupado...hasta que divisó un rosal y enternecido decidió esconderse entre sus flores.Un millón !!! contó la LOCURA y comenzó a buscar...La primera en aparecer fué la PEREZA, solo a tres pasos, después se escuchó a la FE, conversando con Dios en el cielo y la PASION y el DESEO los sintió en el vibrar de los volcanes, en un descuido encontró a la ENVIDIA y claro pudo deducir donde estaba el TRIUNFO, el EGOISMO no tuvo ni que buscarlo, solito salió disparado de su escondite, que había resultado ser un panal de avispas. De tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago descubrió a la BELLEZA y con la DUDA resultó más fácil todavía, pués la encontró sentada sobre una cerca sin decidir aún de que lado esconderse, Así fué encontrando a todos, al TALENTO entre la hierba fresca, a la ANGUSTIA en una oscura cueva,, a la MENTIRA detrás del arco iris, ...( mentira, si ella estaba en el fondo del oceano...) y hasta el OLVIDO...que ya se le había olvidado que estaba jugando a las escondidas, pero solo el AMOR no aparecía por ningún lado. La LOCURA, buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyuelo del planeta, en la cima de las montañas y cuando estaba por darse por vencido divisó un rosal, tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando de pronto un doloroso grito se escuchó. Las espinas del rosal habian herido en los ojos al AMOR,, la LOCURA, no sabía qué hacer para disculparse, lloró, rogó, imploró, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo. Desde entonces, desde que por primera vez se jugó a las escondidas en la tierra...EL AMOR ES CIEGO Y LA LOCURA SIEMPRE LO ACOMPAÑA.

lunes, 17 de marzo de 2008

¿ Miedo ?

En estas últimas semanas he podido reflexionar sobre ciertas cosas que ocurren en la vida, que me ocurren a mí misma y seguramente a muchos de vosotros y vosotras, y es el miedo a lo imprevisto, al futuro, quizás. El temor a lo imprevisto supone una importante adicción a lo previsto, una obsesiva necesidad de programar el futuro, e incluso controlarlo. Esto se debe a que es en el futuro donde se sitúan los acontecimientos inesperados y donde podemos ver una situación de peligro.
Esta necesidad de prevenir los posibles acontecimientos negativos que puedan aparecer en nuestra vida es una reacción común en el ser humano, porque nadie afronta su futuro con plena tranquilidad. El temor a lo imprevisto supone un estado de ánimo pesimista, vinculado al convencimiento de que todo aquello que pueda pasar tiene que ser necesariamente negativo. Quien considera lo imprevisto como un elemento negativo, limita un aspecto objetivo de la realidad, valorándola de manera desnivelada y decantándose de este modo hacia el pesimismo más radical.


Gracias a vuestra ayuda, vuestro apoyo y vuestro amor, he podido darme cuenta de que lo imprevisto enriquece, en la medida en que puede proporcionar una dinámica con la que enfrentarnos, y puede llegar a ser un elemento gratificador cuando se hayan superado. La persona se enriquece cuando lo que tiene que hacer no es lo cotidiano y rutinario, y tiene que ser capaz de crear sus propias respuestas. Es necesaria la confianza en sí misma y el amor de personas a las que quiere para saber ciertamente que puede reaccionar positivamente ante las circunstancias que se presentan.

Prácticamente no hay acontecimientos negativos que no se hayan acabado fortaleciendo con el paso del tiempo, y acaben proporcionando elementos de satisfacción o de enriquecimiento personal.

martes, 19 de febrero de 2008

Capítulo IX


Es una noche de invierno, el cielo esta despejado y miro al cielo, intentando contar las estrellas que hay, e incluso trato de diferenciar alguna, o una estrella de un planeta. Todo me recuerda a esa noche de verano en la que se ven las estrellas fugaces, y cuando ves a una pasar pides un deseo que quieres que se cumpla con todas tus fuerzas, pero no me hace falta recordarlo, pues lo estoy viviendo ahora.
Cada una de esas estrellas fugaces sois vosotros, que me hacéis sentir una de las personas más afortunadas del mundo por teneros a mi lado, por vivir cada momento de mi vida con vosotros, y por llevar vuestras voces, gestos y corazones junto a mi.
Mi deseo: que permanezcáis a mi lado, por siempre.


FIN

Capítulo VIII

Álvaro y yo llevamos 1 año y un mes juntos. Nos seguimos queriendo igual que el primer día, bueno, mucho más. Hemos vivido muchos momentos juntos, algunos malos y la gran mayoría buenos, pero siempre nos hemos apoyado el uno al otro, siempre hemos estado uno al lado del otro cuando alguno de los dos lo ha necesitado. Siempre nos hemos perdonado, hemos superado nuestras diferencias, y hemos luchado por lo nuestro en todo momento. Quizás todo haya ido tan bien porque los dos hemos elegido el camino del corazón, y quien elige ese camino nunca se equivoca. No todo es un camino de rosas, ya que algunas veces aparecen algunos cactus en el camino, pero cuando hueles la siguiente rosa del camino, el dolor que te pudo hacer el cactus es olvidado.
Siempre hemos intentado hacernos felices, vivir sonriendo y brillando como estrellas, sintiendo nuestro amor y nuestros corazones latir con fuerza. Siento que cuando escribo lo único que sale son palabras cursis, pero el amor es inexplicable, ni siquiera se puede definir con frases cursis, sino sólo sintiéndolo, sintiendo el amor que te transmite una mirada, la satisfacción de ver una sonrisa en la persona que amas, e incluso ver una lágrima en los ojos que te intenta explicar lo feliz que es a mi lado, lo bien que se siente…
Nunca me he puesto a pensar si existe el amor eterno o no, pero ahora que lo siento, se que existe, y que es el amor que yo siento por Álvaro.

Capítulo VII

Acabó el verano, lo que significaba el comienzo de un nuevo curso otra vez todos juntos, pues todos nos habíamos matriculado en el mismo grupo. Tenía ganas de empezar, de verles a todos de nuevo. Muchos habían pasado el verano en sus ciudades y no les veía desde hacía algunos meses. El nuevo curso prometía muchas cosas: más viajes, más fiestas, más cosas que hacer juntos, pero también más dificultad. Sin embargo, eso último era algo que no nos preocupaba demasiado, ya que sabíamos que pasase lo que pasase lo pasaríamos juntos, que no habría momentos de soledad o de tristeza, y que siempre estaríamos los unos con los otros.
Nada más empezar ya teníamos motivos para salir por la noche, fiestas de cumpleaños, de comienzo de curso… E incluso algunos viajes como el de una casa rural en Orgaz, un pueblo de Toledo. Fuimos doce, y sin duda fue inolvidable.
El tiempo se pasaba volando, y llegaron las vacaciones de Navidad sin apenas darnos cuenta. Decidimos hacer una cena como la del año anterior y luego juntarnos todos los que podíamos en una discoteca en una céntrica calle de Madrid. Lo pasamos bien, sin duda volvió a ser una noche irrepetible que guardaré siempre, que llevaré conmigo.
Acabó el año 2007 y comenzó un nuevo año, lleno de nuevos planes por hacer todos juntos, pero con exámenes a la vista. Llegaba un período de estrés, estudio y concentración, pero pensando que muy pronto acabaría y que tan pronto como esto ocurriese lo celebraríamos todos juntos.


jueves, 14 de febrero de 2008

Capítulo VI

El verano continuaba. No fue mi mejor verano, quizás porque estuve un tiempo separada de la persona más importante de mi vida, Álvaro. Él se fue durante unos días a Europa y yo me fui a la costa. Me hubiese encantado que viniese conmigo, porque yo no conocía a nadie allí y hubiese disfrutado un montón de su compañía, pero no pudo ser. Al volver los dos, nos veíamos todos los días, aunque no demasiado tiempo. Me hubiese gustado que el verano fuera de otra forma, haber pasado algunos días con él en algún lugar y no haberme preocupado tanto por algunas cosas, pero cuando quieres a alguien es inevitable no tener ciertas preocupaciones.
Algunos amigos y amigas mías me animaban, me hacían reír…En aquel tiempo fue muy importante la compañía de Laila, un año menor que yo pero con la que siempre he tenido plena confianza. No siempre me ha entendido, pues discrepamos en bastantes cosas, pero siempre me ha escuchado, siempre he sentido su calor dentro de mí. Raquel fue otra de las personas más importantes del verano. Es una chica tímida pero que coge confianza rápido. Paseábamos por la calle y al recordar cualquier momento vivido nos reíamos a carcajadas, nos volvíamos como dos niñas pequeñas, viviendo sus locas aventuras. También fue muy importante la ayuda de Soraya y Jose, dos amigos del colegio. Siempre he estado junto a Soraya, desde los tres años, lo que nos hace parecernos mucho, vivir las cosas de la misma manera, pero ella aporta un lado positivo a las cosas, y siempre ha tratado de transmitírmelo. Jose es un chico sincero, que dice las cosas como las piensa, lo que le hace ser también muy parecido a mí. Si de algo estoy orgullosa es de mi sinceridad. Quizás soy extremadamente sincera, lo que puede en ocasiones hacer daño a los demás, pero yo pienso que hace mucho más daño una mentira piadosa a una verdad, así que siempre me ha gustado ir con la verdad por delante.
Al final de verano, todo se veía mejor, Álvaro y yo estábamos más felices, más juntos, más entregados otra vez, como siempre, todo volvía a la normalidad, menos el amor, que aumentaba, pues es de las pocas cosas que no tiene límites. Álvaro es el chico con el que siempre he querido estar, detallista, sincero, romántico, sensible… para mí lo es todo, es el oxígeno que necesito respirar.
El verano me sirvió para reafirmar lo que siempre he pensado; los amigos siempre están ahí y, aunque no los vea cada día sé que cuando necesite algo siempre estarán ahí, dispuestos a escucharme y a hacerme sonreír.

Capítulo V

Acabó junio y los exámenes. Llegaba el verano y decidimos pasar unos días en Benidorm, así que cogimos un autobús que nos dejase allí y fuimos a los apartamentos que habíamos alquilado. Esta vez sólo éramos 9: Brenda, Chuso, Julián, Peco, Sergio, Álvaro, Nacho, Natalia y yo. Natalia es una chica risueña, y muy despistada, que siempre llega tarde a todos los lados.
Lo pasamos bien: fueron días de playa, piscina, y mucha fiesta por la noche. La convivencia entre nosotros fue muy fácil, no tuvimos ni un solo roce, y siempre pensábamos en vivir estos días lo mejor posible, disfrutando lo máximo nuestra estancia en aquel bonito lugar. No fue el bonito lugar, ni el apartamento, ni la playa lo que hizo de este viaje único, sino su compañía.
Los días pasaron rápido, y ya tocaba volver a Madrid. Aquel día se me hacía raro no dormir al lado de Álvaro, no despertarme por la mañana con un “buenos días” de la voz de Brenda, con un desayuno todos juntos o con una sonrisa, un abrazo o alguna broma. Estos días me sirvieron para conocer más a fondo a estas ocho personas con las que compartí tantas cosas, todas ellas buenas, lo que me hizo reafirmar que tendría su amistad para siempre, que siempre estarían a mi lado. Sólo tendría que gritar cuando necesitase su ayuda y ya estarían a mi lado.
Siempre he pensado que una de las mejores cualidades que tenemos las personas es que podemos recordar todo, volver al pasado a través de la mente, recordar los buenos momentos y tener capacidad para olvidar los malos, y vivir todos los momentos las veces que nosotros deseemos.
Sin duda mi mente volvió a Benidorm acompañada de todos ellos infinitas veces.

Capítulo IV

Tocaba fiesta de fin de exámenes. A partir de ahora no haríamos nada hasta los próximos exámenes, en junio. No había preocupaciones sobre lo que había que estudiar o no, sino que todo rondaba alrededor de lo que haríamos cada fin de semana. En estas épocas, que todo parecía feliz, en realidad también habría otras preocupaciones, otros problemas. Pero todo lo que te queda en el recuerdo son los buenos momentos, porque los malos tendemos a olvidarlos. Además el hecho de que cada día hubiese una sonrisa o un gesto nuevo me llenaba de alegría. Seguía siendo la niña feliz, inocente y que hace reír a los demás. Siempre me han dicho que soy muy risueña, muy dulce, y que alegro a los demás con mi compañía, algo de lo que estoy orgullosa.
No me gusta hablar de mí misma, me gusta que me conozcan y que después juzguen. A pesar de mis virtudes, también tengo multitud de defectos, pero lo bueno es que normalmente me aceptan como soy. No suelo tener problemas a la hora de encajar con diferente tipo de gente, sin importar sus gustos o sus ideas.

sábado, 9 de febrero de 2008

Capítulo III

Las vacaciones de Navidad se habían acabado, volvía a ver a mis amigos de la universidad y a pasar más momentos y días de clases junto a ellos. Me hizo ilusión volver a verles. Cada uno tenía sus anécdotas de estas semanas y todos las compartíamos, sin secretos entre nosotros. Eso me sorprendía, porque a pesar de llevar apenas cuatro meses juntos, la confianza entre nosotros era plena.

Se acercaban los exámenes de febrero, algo que me preocupaba porque serían mis primeros exámenes en la universidad y no sabía como iban a ser. He de reconocer que me vine abajo en más de una ocasión, que incluso pensé que periodismo no era una carrera para mí a pesar de lo que siempre me había gustado, y que todo lo que vivía era demasiado para mí. Pero siempre tuve a mis amigos apoyándome e impulsándome en seguir adelante. Me repetían una y otra vez todo lo que valía. Álvaro también me ayudaba a salir adelante, me escuchaba cuando lo necesitaba, siempre estaba ahí, a mi lado.
No sé por qué, pero siempre he tendido a infravalorarme, a decirme a mí misma que no valgo nada, a pensar que todo sale mal. La ayuda de mi gente a hacerme ver que esto no es verdad me ayudó mucho, me impulsó a seguir adelante, a confiar y tener seguridad en mí misma, a cambiar para ser mejor persona. Lo conseguí en pocas semanas, y ahora doy gracias, porque gracias a ello me he convertido en una persona llena de objetivos, y sé que todo lo que me proponga lo puedo conseguir. Pero no sólo yo, sino cualquier persona de este mundo. Esto me ayudó para estudiar con más seguridad y a obtener buenos resultados en casi todas las asignaturas.

martes, 5 de febrero de 2008

Capítulo II: Cuando el amor aparece

Álvaro es un chico encantador. Al mismo tiempo que comenzaba el invierno, decidimos comenzar una bonita historia de amor, empezar a ser las personas más felices de todo el universo. Fue fácil, nos queríamos mucho desde el principio y pasamos las mejores navidades de nuestras vidas. Él siempre estaba muy atento, se preocupaba cuando no me veía con una sonrisa y siempre hacía que estuviese alegre. Muy pronto se convirtió en el gran motor de mi vida, ese motor que rige todo y que hace que la vida adquiera un sentido diferente. Quizás fue fácil porque somos personas muy parecidas, nos entendemos muy bien y sabemos solucionar nuestros problemas hablando, escuchándonos y poniendo cada uno de nuestra parte. No digo que seamos la pareja perfecta ni que tampoco él sea el chico perfecto, pero tampoco lo quiero, yo le quiero por cómo es, con sus defectos y virtudes.
Comenzó un nuevo año, pero nuestras vidas no cambiaron, y si lo hicieron fue a mejor, sin ninguna duda. Nunca me había sentido tan llena de amor, tan querida, y con tantas ganas de vivir, de pasar todo el tiempo con una persona, con esa persona que me hacía la persona más feliz del mundo. Era como una niña, con su inocencia intacta, sin preocupaciones y que sólo piensa en jugar y compartir sus juguetes con otros niños. Yo solo pensaba en compartir toda mi vida junto a él.
Para mí esto era como un sueño, no podía imaginar cómo me podía estar pasando, cómo alguien me podía querer tanto por cómo era, y no por mi físico. No es que no sea guapa, pero no soy ese tipo de chica con la un chico quiera salir, o al menos, eso es lo que creo. Yo llamaba a todo esto magia, pero muy pronto me fui dando cuenta de que no es la palabra adecuada, sino amor de verdad.



sábado, 2 de febrero de 2008

Ciencias de la Información



Era mi primer día de universidad. Cuando llegué no había nadie, no sabía muy bien que hacer, así que entré al servicio para hacer tiempo a que diesen las ocho en punto. Allí conocí a Brenda, una chica un poco más alta que yo, con pelo largo y que venía de Guadalajara. Después de presentarnos subimos a clase, nos sentamos en tercera fila y comenzaron las clases. El aula estaba llena de gente, seríamos como ciento veinte personas, y la verdad que me asustó un poco ver a tanta gente en el mismo lugar, porque yo siempre he sido muy tímida. Siempre me he propuesto ser más abierta, más extrovertida, y ahora que comenzaba periodismo no podía ser solo una propuesta, sino que tenía que convertirse en un hecho. Pocos minutos después entró al aula un chico rubio, no muy alto y de algún año más que nosotras. Brenda y yo intentamos conocerle un poco más, pero no nos inspiraba la suficiente confianza, por el momento, claro.
Mi familia siempre me había dicho que la gente que conociese en la universidad se convertirían en mis amigos de verdad, esos que duran para siempre, que son maduros y que no te critican por la espalda, que siempre están ahí para ayudarte en tus malos momentos, para dejarte los apuntes o incluso, para saltarte las clases. Supongo que eso me ilusionaba algo más en el nuevo camino que emprendía, ya nadie estaba detrás de mí: ni los profesores, ni mis padres…No estaba obligada a ir a clase y tendría que acostumbrarme yo sola a sacarme las castañas del fuego. Eso, quieras que no, me hacía ver que tenía que hablar con más chicos y chicas de aquella clase, relacionarme… y así fui conociendo a más gente, hasta llegar a ser un grupo de unas 15 personas. Al contrario que aquellos ya lejanos días de colegio, me gustaba ir a la facultad, hablar con la gente, y escuchad las clases, unas más interesantes que otras.
En menos de un mes ya salía a dar una vuelta, a tomar algo, o a celebrar alguna fiesta con aquellos con los que mejor me llevaba. Era una distracción para mis preocupaciones de aquel entonces, y hablar con la gente me reconfortaba, me hacía sentir bien. Además cada día podía conocer a alguien nuevo, con quien hablar. Conocí a tres chicos más: Diego, Nacho, y Álvaro, el chico que llegó tarde el primer día de clase. Esta vez si que pude hablar con él más tiempo, tener algo de confianza y algún tema del que hablar, y poco a poco, sin saber cómo, me fui enamorando de él.
Pasaban los días y cada día me sentía mejor rodeada de aquella gente que venía de lugares diferentes, con vidas muy distintas pero a la vez paralelas. Me sentía una persona querida, útil y capaz de hacer reír a los demás, lo que me hacía feliz a mí también. Cada vez hacíamos más cosas todos juntos, patinábamos sobre hielo, asistíamos a ruedas de prensa, presentaciones de libros, descripciones sobre nosotros, nos íbamos formando como periodistas, sin ninguna distinción ni ningún tipo de competencia entre nosotros. Llegó mi cumpleaños. Lo celebré con todos ellos, pero no esperaba nada, ni un regalo. Cual fue mi sorpresa cuando aquella noche recibí un montón de detalles acompañados de una tarta de cumpleaños, pero sobre todo millones de abrazos y de sonrisas…Mi cumpleaños fue motivo para que otra persona, Sergio, entrase en mi vida, otro compañero más, que sería en muy poco tiempo un amigo más.
Se aproximaban las navidades, cada uno volvería a su lugar de origen a reunirse con su familia y sus seres queridos. Sin duda, daba pena estar un mes sin compartir esa clase, la 508, de la facultad de ciencias de la información de la “Complu”. Eran muchos momentos juntos, muchas sonrisas, abrazos, horas en la cafetería, muchos desahogos sobre nosotros y nuestros problemas… y nunca imaginé que podría echar tantísimo de menos a alguien que conocía de hace escasos meses. Para hacer la despedida amena, decidimos hacer una cena de Navidad, en la que pudiésemos estar todos juntos, salir de fiesta, reír y disfrutad de otro momento más. También conocí a más gente. En este caso eran tres chicos que solía ver por clase pero que parecían muy callados. Eran Julián, Sergio y Chuso, pues así es como se presentó en aquel local al que asistimos la mayoría. Desde esa noche formarían parte de nosotros.