martes, 5 de febrero de 2008

Capítulo II: Cuando el amor aparece

Álvaro es un chico encantador. Al mismo tiempo que comenzaba el invierno, decidimos comenzar una bonita historia de amor, empezar a ser las personas más felices de todo el universo. Fue fácil, nos queríamos mucho desde el principio y pasamos las mejores navidades de nuestras vidas. Él siempre estaba muy atento, se preocupaba cuando no me veía con una sonrisa y siempre hacía que estuviese alegre. Muy pronto se convirtió en el gran motor de mi vida, ese motor que rige todo y que hace que la vida adquiera un sentido diferente. Quizás fue fácil porque somos personas muy parecidas, nos entendemos muy bien y sabemos solucionar nuestros problemas hablando, escuchándonos y poniendo cada uno de nuestra parte. No digo que seamos la pareja perfecta ni que tampoco él sea el chico perfecto, pero tampoco lo quiero, yo le quiero por cómo es, con sus defectos y virtudes.
Comenzó un nuevo año, pero nuestras vidas no cambiaron, y si lo hicieron fue a mejor, sin ninguna duda. Nunca me había sentido tan llena de amor, tan querida, y con tantas ganas de vivir, de pasar todo el tiempo con una persona, con esa persona que me hacía la persona más feliz del mundo. Era como una niña, con su inocencia intacta, sin preocupaciones y que sólo piensa en jugar y compartir sus juguetes con otros niños. Yo solo pensaba en compartir toda mi vida junto a él.
Para mí esto era como un sueño, no podía imaginar cómo me podía estar pasando, cómo alguien me podía querer tanto por cómo era, y no por mi físico. No es que no sea guapa, pero no soy ese tipo de chica con la un chico quiera salir, o al menos, eso es lo que creo. Yo llamaba a todo esto magia, pero muy pronto me fui dando cuenta de que no es la palabra adecuada, sino amor de verdad.



1 comentario:

Álvaro Méndez dijo...

GRACIAS


TE AMO. Muchas gracias por dedicarme un capitulo...

:)