martes, 19 de febrero de 2008

Capítulo IX


Es una noche de invierno, el cielo esta despejado y miro al cielo, intentando contar las estrellas que hay, e incluso trato de diferenciar alguna, o una estrella de un planeta. Todo me recuerda a esa noche de verano en la que se ven las estrellas fugaces, y cuando ves a una pasar pides un deseo que quieres que se cumpla con todas tus fuerzas, pero no me hace falta recordarlo, pues lo estoy viviendo ahora.
Cada una de esas estrellas fugaces sois vosotros, que me hacéis sentir una de las personas más afortunadas del mundo por teneros a mi lado, por vivir cada momento de mi vida con vosotros, y por llevar vuestras voces, gestos y corazones junto a mi.
Mi deseo: que permanezcáis a mi lado, por siempre.


FIN

2 comentarios:

Diego dijo...

Bonito relato

Álvaro Méndez dijo...

Increíble Belén...

:)

Sabes que me encantó el día q lo leí.. y cada vez q lo leo me gusta más y maás...

:)

Te Quiero