jueves, 14 de febrero de 2008

Capítulo VI

El verano continuaba. No fue mi mejor verano, quizás porque estuve un tiempo separada de la persona más importante de mi vida, Álvaro. Él se fue durante unos días a Europa y yo me fui a la costa. Me hubiese encantado que viniese conmigo, porque yo no conocía a nadie allí y hubiese disfrutado un montón de su compañía, pero no pudo ser. Al volver los dos, nos veíamos todos los días, aunque no demasiado tiempo. Me hubiese gustado que el verano fuera de otra forma, haber pasado algunos días con él en algún lugar y no haberme preocupado tanto por algunas cosas, pero cuando quieres a alguien es inevitable no tener ciertas preocupaciones.
Algunos amigos y amigas mías me animaban, me hacían reír…En aquel tiempo fue muy importante la compañía de Laila, un año menor que yo pero con la que siempre he tenido plena confianza. No siempre me ha entendido, pues discrepamos en bastantes cosas, pero siempre me ha escuchado, siempre he sentido su calor dentro de mí. Raquel fue otra de las personas más importantes del verano. Es una chica tímida pero que coge confianza rápido. Paseábamos por la calle y al recordar cualquier momento vivido nos reíamos a carcajadas, nos volvíamos como dos niñas pequeñas, viviendo sus locas aventuras. También fue muy importante la ayuda de Soraya y Jose, dos amigos del colegio. Siempre he estado junto a Soraya, desde los tres años, lo que nos hace parecernos mucho, vivir las cosas de la misma manera, pero ella aporta un lado positivo a las cosas, y siempre ha tratado de transmitírmelo. Jose es un chico sincero, que dice las cosas como las piensa, lo que le hace ser también muy parecido a mí. Si de algo estoy orgullosa es de mi sinceridad. Quizás soy extremadamente sincera, lo que puede en ocasiones hacer daño a los demás, pero yo pienso que hace mucho más daño una mentira piadosa a una verdad, así que siempre me ha gustado ir con la verdad por delante.
Al final de verano, todo se veía mejor, Álvaro y yo estábamos más felices, más juntos, más entregados otra vez, como siempre, todo volvía a la normalidad, menos el amor, que aumentaba, pues es de las pocas cosas que no tiene límites. Álvaro es el chico con el que siempre he querido estar, detallista, sincero, romántico, sensible… para mí lo es todo, es el oxígeno que necesito respirar.
El verano me sirvió para reafirmar lo que siempre he pensado; los amigos siempre están ahí y, aunque no los vea cada día sé que cuando necesite algo siempre estarán ahí, dispuestos a escucharme y a hacerme sonreír.

No hay comentarios: