lunes, 10 de noviembre de 2008

Sueños, dulces y amargos sueños

Tenemos miedo a muchas cosas, a casi todo lo que nos rodea. Pero si de algo no tenemos miedo es a soñar. Todos tenemos nuestros sueños, que esperamos hacer realidad algún día. Soñamos tener una vida perfecta, o al menos, perfecta para nosotros mismos. O tal vez soñamos con la casa de nuestros sueños, el coche de nuestros, el trabajo de nuestros sueños… Con todo. Total, soñar es gratis.
Pero nunca nos hemos parado a pensar que tal vez, al soñar tantas cosas no nos damos cuenta de que el despertar puede ser mucho peor de lo que estamos viviendo en la realidad. Y por “inconformistas”, por querer más de lo que tenemos, no nos damos cuenta de que realmente el mejor sueño es lo que vivimos cada día, lo que dejamos pasar en la espera de algo mejor, de algo perfecto a nuestros ojos. Pero no podemos mirar siempre con nuestros ojos, sino también con nuestra alma y corazón. ¿Acaso no nos damos cuenta de que nuestra vida es perfecta tal y cómo es? ¿Por qué no hacemos que pensar, imaginar y soñar algo más de lo que ya tenemos, y que muchos otros no tienen? La espera causa dolor. Tal vez deberíamos dejar de soñar con lo que no tenemos y aprender a valorar lo que nos rodea cada día, y así tal vez podemos darnos cuentas de que la realidad supera nuestros sueños, y la hemos dejado pasar cada día. No sueñes tu vida, vive tu sueño, porque quizás al despertar pueda ser peor ese sueño que lo que vives cada día, y dejas pasar.

2 comentarios:

Álvaro Méndez dijo...

Muy interesante, además de que estoy totalmente de acuerdo!

futura periodista!

:)

Anónimo dijo...

ala Belén tienes toda la razón no sueñes tu vida vive tu sueño!! esta mb =)

1bsto enrme wpa